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Preguntas Frecuentes Acerca del Sueño

¿Cuánto debe dormir mi hijo?

Las horas que necesita dormir un niño varían lo largo del primer año, de acuerdo a su maduración y necesidades diferenciadas en este período.

El primer mes, el recién nacido no distingue el día de la noche, suele dormir entre 18 y 20 horas al día con interrupciones frecuentes para comer, es decir que su ritmo de sueño se rige por el “hambre-saciedad”.

Hacia el tercer mes comienza a establecerse el ritmo de sueño vigilia, diferenciando entre el día y la noche (“luz-oscuridad”). El sueño nocturno se prolonga entre 5 y 9 horas y hace 3 ó 4 siestas por el día.

A partir del sexto mes, el niño debe tener un ritmo de comida y sueño bien establecido. Es capaz de dormirse solo, a oscuras y durante 11 ó 12 horas seguidas y volverá a conciliar el sueño si se despierta por la noche. Suele dormir una siesta por la mañana y otra por la tarde.

A partir del año duerme por la noche aproximadamente 13 horas y con una siesta de después de comer, que la conservará hasta los 3 años aproximadamente.

¿CUALES SON LAS ALTERACIONES DEL SUEÑO MAS FRECUENTES?

Los trastornos del sueño más frecuente en los niños son la dificultad para conciliar el sueño y los despertares frecuentes durante la noche por hábitos incorrectos.

Afecta a niños de 6 meses a cinco años. Estos niños nunca han dormido bien, les cuesta dormirse, se despiertan por las noches muchas veces y no pueden volver a dormirse solos y sin ayuda.

Como el niño no se duerme y se despierta por la noche, los padres intentan muchos trucos diferentes para que duerma, por ejemplo acunarlo en brazos, darle el pecho o mamaderas, la televisión, paseos en cochecito, se meten con él en la cama, etc. De esta forma, el niño relaciona la hora de dormir con lo que se hace y cada vez que se despierta por la noche sólo se calmará de esa manera.

¿QUE PUEDEN HACER LOS PADRES PARA QUE SU HIJO NO TENGA PROBLEMAS A LA HORA DE DORMIR?

La forma de evitar estos trastornos consiste en establecer una rutina a la hora de ir a dormir.

El primer año es fundamental para la prevención de los problemas de sueño.

Los hábitos para un buen dormir pueden comenzar a establecerse desde el primer mes de vida.

Algunos ejemplos de estos hábitos serían los siguientes:

 ·         Establecer un horario razonable para acostarle por la noche. Las nueve de la noche puede ser una buena hora, aunque todo dependerá de los horarios de cada familia.

·         Los momentos anteriores a irse a la cuna o cama, deben ser agradables para el bebe. Puede recibir un baño,  jugar un ratito con él a juegos tranquilos, masajes suaves en su cuerpo, cantarle, darle su última toma de pecho o mamadera.

·         Se recomienda acostarlo cuando esté todavía despierto. Podemos leerle un cuento, hablarle y si es mayor, explicarle que tiene que dormir, pero debemos marcharnos de la habitación siempre con él despierto.

·         Si se despierta por la noche, nos encontrará siempre a su lado y se sentirá seguro y acompañado y volverá a dormirse sin ayuda (brazos, pecho, mamadera, cambio a la cama de los padres…).

·          Cada vez que acudamos hay que hablarle, acariciarlo, tranquilizarlo, pero, aunque siga llorando, hay que volver a salir de la habitación e intentar no alzarlo y llevarlo a nuestra cama. Esto no significa que si llora no lo consolaremos. Si llora, siempre necesita saber que sus padres están allí, necesita seguridad. La presencia de los padres lo hacen menos susceptible al miedo.

·         Repetir las mismas rutinas permitirá que las relacione con la hora de irse a la cama y dormir. Los padres deben estar seguros y confiar en que están haciendo lo mejor para el sueño bebe.

·         Cada familia requiere su momento y tiempo para realizarlo, no existen reglas universales.

Otros consejos útiles para las mamás

·         Establecer rutinas durante el día para que pueda dormir siestas en forma regular, que no se agote demasiado durante el día y llegue más relajado a la noche (bajar el ritmo de actividad, disminuir la intensidad de luz, estar atentos a signos de sueño como bostezos o “frotado de ojos”). Recordar que después de los 3 años la mayoría de los niños pierden la siesta, aunque es bueno algún momento de descanso (película, juegos tranquilos, )

·         A veces el sueño puede verse alterado por condiciones esperables para cada edad, como por ejemplo los cólicos del lactante los primeros meses, la erupción dentaria al sexto mes,  la angustia de separación al octavo mes, o durante los períodos de aprendizaje de nuevas habilidades como caminar o trepar después del año. Son períodos transitorios, reversibles, y consultando al pediatra además de mantener las rutinas, el sueño volverá a la normalidad.

·         El sueño es importante para el desarrollo intelectual del niño. Al dormir, el organismo recupera energía, con una gran síntesis proteica y regeneración celular, producción de hormona de crecimiento sustancias importantes para la inmunidad, las células nerviosas procesan toda la información que el bebé ha recibido durante el día, fijando en su memoria lo aprendido.

·         Para que sus horas de sueño sean lo más reparadoras posibles, tenemos que proporcionarle un ambiente tranquilo, un entorno cómodo y una buena postura que garantice su mejor descanso.   ayor

·         Es importante enseñarles a distinguir entre el día y la noche. Cuando se duerma durante el día debe haber luz natural, movimientos y algún ruido de fondo. En cambio, cuando sea de noche, debe tener el máximo silencio y oscuridad posible

·         Es recomendable ponerlo boca arriba o de costado, alternando el lado derecho e izquierdo.

·         A los bebés no les hace falta dormir con almohada, ya que su cabeza es proporcionalmente más grande que el cuerpo y esto les posibilita que al acostarse la apoyen sin dificultad en el colchón, manteniendo así las cervicales rectas que es la posición más recomendable.

·         La temperatura de su habitación debe ser confortable (entre 18 y 22 grados). El exceso de calor o de frío propicia el despertar nocturno.

·         Envolverlos lateralmente con una manta a muchos bebes les reconforta  al recordarles la protección del útero materno.

·          Algunos ruidos leves en ciertos casos los relaja (el tic-tac de un reloj, que les recuerda al latido del corazón materno, el del lavarropas o un secador de pelo en marcha).

·          Conviene que el niño cuente con un espacio propio entre los tres meses y 6 meses de vida, en general duermen mejor y toda la noche al pasarlos de la habitación de los padres

·          Antes de acostarlo debe asegurarse que esté limpio, que la ropa sea cómoda, y que haya comido lo suficiente

·         No darle de comer si se despierta, a partir del sexto mes, un bebé sano no necesita alimentarse durante la noche.

·          Las rutinas deben ser flexibles, y cada familia debe sentirse cómoda con ellas, ya que si funcionan tendrán que hacerlas durante mucho tiempo

·         Calma y paciencia, todo irá mejorando.

¿ES IMPORTANTE LA SIESTA?

La hora de la siesta es importante, aunque hay algunos bebes y niños que tienen pequeños momentos de descanso (20 minutos, por ejemplo, al pasear en el cochecito).

Una siesta muy tarde en el día afectará negativamente el sueño durante la noche. Ciertas horas son mejores para la siesta porque coinciden  con el reloj biológico del bebé (ciclo circadiano). Estos períodos óptimos para la siesta balancean el tiempo entre dormir y despertar y afectarán de forma positiva el sueño nocturno.

Todos los bebés son diferentes, pero generalmente, las mejores horas para las siestas son:

·         Si el bebé toma tres siestas: media mañana / temprano por la tarde / temprano por la noche( en general es a los primeros 2 meses de vida)

·         Si el bebé toma dos siestas: a media mañana / temprano por la tarde (hasta los 12-15meses meses)

·         Si el bebé toma una siesta: temprano por la tarde (hasta los 3 años).

·         Si concurren al jardín maternal, o los horarios de la familia no son los habituales (por ejemplo ,los padres regresan tarde del trabajo), es probable que se dificulte la rutina de la siesta y sueño.

Cuando muestre señales de cansancio, se debería iniciar inmediatamente la siesta. Si se espera que el bebé esté muy cansado, no podrá dormir.

La rutina de la siesta no debería ser la misma que la de la hora de dormir por la noche, aunque el ambiente debería estar más tranquilo, sin demasiado ruido, una luz tenue( bajar algo las persianas) y ropa cómoda.