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Cómo entender el apetito de tu hijo

Durante las edades de 6 a 12 años, los niños necesitan una buena nutrición para mantener un crecimiento normal. A medida que se aproximan a la adolescencia, la mayoría de niñas experimentan un aumento en el índice de crecimiento entre las edades de 10 y 12 años, mientras los chicos comenzarán sus mayores períodos de crecimiento abrupto (estirones) aproximadamente 2 años más tarde.

Algunos padres se preocupan de que durante los años de edad escolar, parece no haber ton ni son para el apetito de sus hijos. Un día puede que coman todo lo que tengan a la vista, mientras que otros días posiblemente se vuelvan tan mañosos que se esperaría que sus estómagos rujan durante todo el día.

En la mayoría de casos, estas clases de patrones impredecibles de alimentación no deberían preocuparte. Durante este tiempo de la vida, los niños deberían aumentar cerca de 2 a  3 kilos al año, y siempre que tu pediatra te indique que tu hijo está creciendo normalmente y que los aumentos de peso son aceptables, no te preocupes por el número en la balanza. En lugar de ello, mantenete enfocado en servirle una variedad de comidas saludables. Esperá variaciones en su apetito -algunas veces, considerables- de un día al siguiente. Al mismo tiempo, los niños en este grupo de edad comen por una gran cantidad de razones, además de tener hambre. Aún cuando se quejen de que se están muriendo del hambre, esta posiblemente no sea la razón por la que quieran algo de comer. Podrían estar molestos o cansados y apoyarse en la comida para consolarse.

Para algunos niños, comer puede ser puramente un hábito; por ejemplo, están acostumbrados a consumir meriendas en cualquier momento en que ven televisión o estén entretenidos con juegos de video. Cuando tu hijo diga que tiene hambre y no se trata de un hora de alguna comida o merienda regular, tratá de determinar qué es lo que realmente está sucediendo y si la comida podría servir de algún otro propósito. Luego, resolvé el problema. Si tu hijo parece estar aburrido, por ejemplo, ayudalo a encontrar alguna actividad que lo mantenga ocupado haciendo algo productivo y desvialo de la comida. Distraer el hambre de tu hijo con una actividad física divertida constituye una forma de lograr los objetivos.

¿Cómo podes asegurarte de que tu hijo esté bien nutrido?

Variedad

Tu hijo debe consumir diferentes alimentos de los cinco grupos principales. Cada grupo de alimentos proporciona importantes nutrientes que contienen vitaminas y minerales. 

Los siguientes son los cinco grupos y porciones típicas mínimas:

  • Verduras: 3 a 5 porciones al día. Una porción consta de 1 taza de verduras en hojas, 3/4 de taza de jugo de verduras o 1/2 taza de otras verduras, cortadas crudas o cocidas.
  • Frutas: 2 a 4 porciones al día. Una porción consta de 1/2 taza de fruta cortada , 3/4 de taza de jugo de frutas o una fruta entera de tamaño mediano, como una manzana, un banano o una pera.
  • Pan, cereal o pasta: 6 a 11 porciones al día. Cada porción debe ser igual a 1 rebanada de pan, 1/2 taza de arroz o pasta o 1 onza de cereal.
  • Alimentos con proteínas: 2 a 3 porciones de carne magra, aves de corral o pescado cocinado al día. Una porción en este grupo también puede constar de 1/2 taza de legumbres secas cocinadas, un huevo.
  • Productos lácteos: 2 a 3 porciones al día de 1 taza de leche o yogur bajo en grasa,  queso natural.

Fibra

La fibra es un componente de los carbohidratos de los alimentos vegetales que usualmente es indigerible. Se encuentra en los alimentos como las frutas, las verduras, panes de grano integral, cereales, arroz integral, frijoles, semillas y nueces.

En los niños: La única ventaja comprobada es su capacidad de aliviar el estreñimiento, proporcionando volumen que puede promover la frecuencia regular de las evacuaciones, ablandar las heces y disminuir el tiempo que tardan los alimentos en pasar por los intestinos. No obstante, debido a que las preferencias por diferentes alimentos y los hábitos alimentarios se pueden establecer desde muy pequeños y debido a que los alimentos con alto contenido de fibra pueden contener otros nutrientes, los padres debemos incorporar estos alimentos en las dietas diarias de los niños.

Azúcar

Mantené el consumo de azúcar de tu hijo a niveles moderados. El azúcar tiene muchas calorías, pero los nutricionistas con frecuencia las llaman calorías vacías debido a que tienen muy poco valor nutricional adicional. Aún así, muchos niños consumen azúcar en grandes cantidades, usualmente a expensas de alimentos más saludables; es decir, cuando los jóvenes toman gaseosas, usualmente dejan la leche en la heladera; cuando comen una porción de torta de chocolate, es posible que estén ignorando el bowl de fruta que está en la cocina y que es una buena fuente de carbohidratos complejos.

Sal

La sal de mesa o cloruro de sodio puede mejorar el sabor de ciertos alimentos. Sin embargo, los investigadores han descubierto una relación entre la sal de dieta y la hipertensión arterial en algunas personas y grupos del a población.

El hábito de usar sal adicional es adquirido. De esa manera, tanto como te sea posible, servile a tu hijo alimentos bajos en sal. En la cocina, minimizá la cantidad de sal que agrega a los alimentos durante la preparación, utilizando hierbas, especias o jugo de limón en su lugar. Además, retirá el salero de la mesa del comedor o por lo menos limitá su uso por parte de su familia.

Fuente: Healthy children