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¿Qué nos debe preocupar de un niño que ha sufrido un traumatismo encéfalo craneano (TEC)?

Ante un niño que ha sufrido un golpe en la cabeza debemos prestar atención a distintos signos para descartar alteraciones neurológicas. Aprende cómo detectar estos signos y cómo responder ante ellos.

Un traumatismo craneoencefálico (TEC) es una lesión directa de las estructuras craneales encefálicas o meníngeas, que se presentan como consecuencia de un agente mecánico externo, y puede originar un deterioro funcional del contenido craneal. En términos coloquiales, nos referimos a un fuerte golpe en la cabeza.

Los TEC son un accidente muy frecuente en la infancia. En la mayoría de ocasiones no conllevan consecuencias, pues sólo producen lesiones en la superficie de la cabeza como hematomas, heridas y dolor en la zona del golpe. Pero de vez en cuando el traumatismo puede ser grave, sobre todo los originados por caídas accidentales desde un sitio de altura (cambiador, cuna, etc.) o por los causados por accidentes de tráfico. Aquí se incluyen los que sufren los niños que viajan como pasajeros de un vehículo, los que son víctimas de atropellos o los que caen de la bici o de la patineta.

Recomendaciones para los padres de un hijo que sufrió un Traumatismo Encéfalo Craneano

Es importante que los padres sigan muy de cerca el comportamiento de su hijo los primeros días, especialmente las primeras 48 horas.

Ante cualquiera de estos síntomas usted debe consultar con su pediatra:

  • Confusión, desorientación.
  • Llanto persistente, irritabilidad.
  • Somnolencia excesiva, dificultad para despertarle. Pese a esto, no es necesario mantener al niño despierto si es hora de dormir, bastará con comprobar si se despierta con facilidad.
  • Vómitos a chorro en 2 o mas oportunidades.
  • Presenta cefaleas (dolor de cabeza) o dolor de cuello, que aumenta con el correr de las horas o que perdura más de un día.
  • Convulsiones (movimiento de todo el cuerpo o parte de él, en forma involuntaria).
  • Presenta sangrado por nariz o por oídos.
  • Presenta un líquido claro por nariz o por oídos.
  • Deambulación dificultosa, se cae al caminar.
  • Cambio del comportamiento habitual.
  • Disturbios oculares (pupilas desiguales, visión doble o borrosa, movimientos raros o no habituales de los ojos).

Otras recomendaciones

  • Dejar dormir a su hijo si él lo desea, pero despertándolo cada 3 o 4 horas.
  • Al despertarlo, usted deberá observar su conducta, hacerlo caminar, hablar y ésta deberá ser la habitual.
  • No administre analgésicos ante la persistencia de cefaleas o dolor de cuello.
  • Dieta: ofrézcale a su hijo líquidos transparentes (agua) bien fríos, si no tiene vómitos, y si los tuviera deje pasar por lo menos 2 o 3 horas.
  • Cuidado de las heridas: ante heridas cortantes y la imposibilidad inminente de dirigirse a un centro de salud, aplique sobre la herida con presión una toalla limpia, o de ser posible una gasa esteril durante 10 minutos. En caso de escoriaciones ( rapones) en la piel o en el cuero cabelludo lave con abundante agua y jabón.
  • En el caso que presente, producto del traumatismo, hematoma más edema (chichón) aplique hielo durante 20 minutos cada 6 horas