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Cómo ayudar a su adolescente con sobrepeso

 

El adolescente es una persona diferente de lo que alguna vez fue. Como adolescente, es posible que aún no tenga la capacidad de asumir las responsabilidades de un adulto. A medida que ha crecido y madurado, ahora tiene mucha más capacidad de comprender las implicaciones y las consecuencias de tener sobrepeso. Podes razonar con ella de manera más efectiva. Como resultado, debes tratar el problema de la obesidad de manera diferente a la que lo hiciste antes.

Aquí encontrarás un ejemplo de cómo podes cambiar tu enfoque. Cuando el adolescente era menor, ¿algunas veces usabas recompensas para motivarla a hacer cambios que promovieran su salud? Cuando era una niña en edad escolar, ella respondía a tus ofrecimientos de calcomanías o algunos minutos más de ver televisión si, a cambio, ella aceptaba pasar una hora jugando en el patio de juegos con los amigos. Tan efectiva como esa estrategia pudo haber sido, probablemente no funcionará más. Sí, quizás una adolescente más joven (13 o 14 años de edad) esté dispuesta a cambiar su comportamiento si le ofrece pequeñas cantidades de dinero a cambio (las calcomanías ya no funcionan a esa edad). Al cumplir 15 años o más, necesitarás cambiar de plan. Cuando su peso es una preocupación, apela a su sentido común. Ayúdala a entender las consecuencias sociales y para la salud de la obesidad en un mundo que con frecuencia es hostil con las personas obesas.

Por ejemplo, si tiene 15 años de edad, podes preguntarle, “¿Qué pensas qué pasará si simplemente seguis aumentando de peso?” No esperes que responda diciendo, “Bien, podría padecer de diabetes o alta presión y no deseo que eso suceda”. Sin embargo, es posible que ella se sincere y hable acerca de la manera en que se burlan de los estudiantes con sobrepeso en la escuela. O posiblemente describa lo difícil que puede ser para los niños con obesidad mantener el ritmo de sus compañeros en las clases de educación física. Al igual que todos los adolescentes, ella probablemente está consciente de esto y está preocupada por la imagen de su cuerpo, y ella sabe lo que sus compañeros de clase pueden opinar sobre cómo luce. Ese tipo de situaciones pueden motivarla a cambiar de manera que le permita atacar el problema del exceso de peso de manera efectiva.

Brindar tu apoyo

Aprovecha para decirle al adolescente que a pesar de su independencia, vos aún sos su madre/padre y que aún estarás disponible para lo que ella necesite. Podes decirle, “Continuemos trabajando en tu peso juntas. Aún podemos salir a caminar en familia los fines de semana. También podemos salir a pasear en bicicleta. Yo continuaré preparando alimentos nutritivos cuando estés en casa y habrá suficientes opciones saludables en la heladera  para que comas de colación. No estoy dispuesta a alejarme completamente sólo porque ahora podes tomar muchas decisiones por tu cuenta”.

Al mismo tiempo, decile al adolescente, “Yo siempre estoy disponible para hablar con vos sobre cualquier problema que podes tener con los alimentos fuera de casa”. Hacele sugerencias, ofrecele consejos amablemente, pero también dale espacio para tomar sus propias decisiones y dejale saber que confía en ella y en que tomará buenas decisiones. Seguro, habrá momentos en las que ella no tomará las mejores decisiones, pero a su edad, poner más control en sus manos funciona mejor que decir, “¡Esto es lo que debes hacer, apagá la televisión y sali afuera ya mismo!” o “¡No me importa a donde le guste ir a tus amigos, debés dejar de comer en restaurantes de comida chatarra!”.

Mantené el diálogo abierto con tu hija/o. Hacele preguntas como, “¿Qué fue lo más difícil para controlar tu peso esta semana?” “¿Qué puedo hacer para ayudarte?” “¿Qué podemos idear juntos para seguir yendo en la dirección correcta?”.

Explicale al adolescente que, en ese sentido, vos te está convirtiendo en algo semejante a su entrenador. Recordale que incluso los atletas de más alto nivel necesitan entrenadores y que eso no es una señal de debilidad o de fracaso. No ofrezcas tus consejos en todo momento, o probablemente te cerrará la puerta sin ni siquiera escuchar. Simplemente dejale saber que estás disponible para hablar y dar una guía cuando lo desee. Tratá lo más puedas en crear un ambiente hogareño que la lleve al éxito.

Se realista

Lo más importante es que tu papel está cambiando y que eso significa hacerse algunas preguntas a vos misma también. Por ejemplo, ¿está pidiendo a tu adolescente que haga cambios en su forma de comer o nivel de actividad que vos no está haciendo? ¿Estás saboteando sus esfuerzos por comer saludablemente al mantener comida chatarra en la alacena o cocinar galletas para los días festivos y dejándolas a la vista donde no puede evitar la tentación?

¿Estás haciendo comentarios a tu adolescente de manera comprensiva? Por ejemplo, en lugar de preguntar, “”¿Por qué sos tan vaga para hacer ejercicio?” podés decir, “¿Por qué no vamos con toda la familia a jugar tenis esta tarde?”.

Una cosa más

Una última recomendación: Aunque su adolescente es mucho más capaz de tratar el problema por sí mismo, aún puede contar con todo el apoyo que se le ofrezca. Así que vos y sus otros familiares deben unir fuerzas para convertirse en el equipo de apoyo más leal de su adolescente. Díganle que toda la familia le proporcionará lo que necesita para ayudarlo a tomar decisiones acertadas sobre su peso. Algunas veces, los adolescentes pueden actuar como si sus amigos son mucho más importantes para ellos que la familia. Vosy el resto de su familia continuarán siendo mucho más indispensables para ellos de lo que ellos están dispuestos a aceptar.

Fuente: Healthy Children